Closer
Mientras se fundía la última luz de la tarde, aquella reparadora calma pronto se convirtió en soledad y en un cierto temor. Recordé una entrevista que había leído al psiquiatra Enrique Rojas. Mencionaba la fórmula: SOLEDAD + TIEMPO = DEPRESIÓN. Eso funcionaba así "excepto con los intelectuales, que nunca se sienten solos aunque no haya nadie a su lado", había dicho.
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